Nuestra estructura local y forma de gobierno
Cristo, la Cabeza
En las Asambleas de Dios, reconocemos a Cristo como la cabeza de la Iglesia. Él es el líder supremo; y su vida es el modelo de todo ministerio y conducta de la iglesia (Efesios 5:23, Colosenses 1:18).
Liderazgo electo
El pastor es elegido por la congregación local. Él guía a los creyentes a través de la predicación y la enseñanza de la Palabra, así como por el ejemplo. El pastor es responsable en gran parte del ministerio público y de la operación diaria de la iglesia local. Se elige a una junta de diáconos para asistir al pastor en asuntos espirituales y para ayudar a conducir la operación de negocios de la iglesia (Efesios 4:11, 12; 1 Timoteo 3:8-13).
Soberanía de las asambleas locales
Dentro de la fraternidad de las Asambleas de Dios hay dos clasificaciones de iglesias: iglesias afiliadas al Concilio General e iglesias afiliadas al distrito. Las iglesias afiliadas al Concilio General gozan de plena autonomía, habiéndose desarrollado hasta el punto de ser autónomas y autosuficientes. Estos principios fundamentales han sido catalizadores para el crecimiento de la Fraternidad. Las iglesias afiliadas a los distritos son aquellas que todavía no se han desarrollado al punto de calificar para una autonomía total. Todas las asambleas deben adherirse a la Declaración de Verdades Fundamentales y a un patrón bíblico de conducta.
Nuestro sistema de liderazgo y responsabilidad
Funciones del Distrito y del Concilio General
Cada asamblea opera sus ministerios bajo una estructura de distrito y una estructura nacional. Los 67 distritos básicamente siguen las fronteras de los estados o se establecen de acuerdo a grupos lingüísticos específicos. Los distritos supervisan los ministerios de su área, como campamentos y alcances, y proveen oportunidades ministiales y vías de compañerismo para los ministros y constituyentes. Los distritos también recomiendan ministros como candidatos para obtener credenciales nacionales. Están autorizados para dirigir, resolver asuntos de liderazgo y dirigir las asambleas locales. Funcionan como un tipo de liderazgo regional entre la iglesia local y la comunidad nacional.
La iglesia nacional es la que llamamos «El Concilio General de las Asambleas de Dios». Manteniendo la intención original del cuerpo fundador, las Asambleas de Dios se considera una fraternidad cooperadora en vez de una denominación. Como resultado, la operación de la sede nacional existe principalmente como una organización de servicio -provee currículo educativo, organiza los programas de misiones, acredita a los ministros, supervisa los colegios y seminarios de las iglesias, produce canales de comunicación para el público eclesial y no eclesial y proporciona liderazgo para muchos programas nacionales y ministerios de las Asambleas de Dios (Hechos 16:4, 5; Hebreos 13:17).