Dondequiera que Jesús iba, Él ministró con compasión y sanó a los enfermos. El ejemplo de Cristo mostró una interconexión con la salvación porque muchos creyeron después de haber sido sanos.
Nuestro Señor todavía sana hoy y es vital que la iglesia predique, enseñe y practique esta verdad bíblica. Las Escrituras ordenan a los creyentes que oren en fe y confíen en Dios para el resultado.
Aprenda más sobre la doctrina de la Sanidad Divina explorando los diversos recursos en esta página. Los materiales de enseñanza para grupos pequeños los encontrará en la barra lateral.
«La muerte de Cristo en la cruz no sólo provee el perdón del pecado, sino también la sanidad de la enfermedad. El que te dio el regalo de la vida eterna ... es el mismo que puede sanar tu cuerpo».
—Doug Clay, superintendente general